A la niña que le dolió el mar...

Juguetona, traviesa, alegre. A la niña le encantaba el agua salada; disfrutar la grandeza del mar y la diversión de las olas. Era como un carrusel de agua que la envolvía y la hacía feliz; era pura emoción y deleite, por eso no era de extrañar que cada encuentro con el mar le robara infinidad de carcajadas. Un día, como todos los demás, la niña corrió al encuentro de su gran amigo el mar; fue con la confianza que da la cercanía y la seguridad que sólo se experimenta en los lugares conocidos. Pero esta vez, el mar reaccionó distinto; ya no bailo con ella la alegría del encuentro sino que la expulsó hacia la arena con un oleaje violento. Ella no entendía, no entendió. Por eso, creyó que fue un error y volvió hacia su viejo amigo de nuevo; pero ahora con más intensidad la alejó de sí, golpeándola bruscamente hacia la orilla. La niña hasta entonces juguetona, traviesa y alegre; se alejó triste, insegura y temerosa. Llena de preguntas, repleta de desconcierto corrió a buscar a su pa...