Los amigos

Alguna vez te has puesto a pensar el valor real de un amigo. Esos hermanos elegidos que seleccionamos en el camino para que nos acompañen en nuestro andar.

Aquellos que descubren las lágrimas que se esconden detrás de una sonrisa y escuchan los gritos que oculta el silencio.

Esa mano extendida, ese oído dispuesto; esa verdad dicha aunque duela.

Dios me ha bendecido con grandes amigos; cómplices de vida, compañeros de viaje. A algunos les he dicho lo mucho que los quiero y lo importante que son para mí. A otros, pienso que quizás no se lo he dicho suficiente; por eso estas líneas son para decirles a esos nombres que no necesitan pronunciarse porque se reconocen como habitantes de mi corazón y visitantes asiduos de mis días que los amo mucho y que mi vida no sería la misma si ellos no estuvieran, porque su presencia le da ese toque que la hace plena.

Gracias por quererme, así como soy; por aceptarme y estar conmigo. Espero estarle dando algo parecido a lo que recibo tan generosamente de cada uno de ustedes.

Y a aquellas personas que al leer estas líneas no tienen nombres que pronunciar ni amigos a quienes agradecer; un llamado, un llamado a arriesgarse a creer y darse , creando vínculos sanos que le den una dimensión especial a sus vidas. La amistad no se ha extinguido, ni ha pasado de moda; decídete a cultivarla!!.