Una cita...
Me arreglé con esmero y entusiasmo para esta cita de amor. Y ahí estuve, cara a cara, corazón a corazón. Alma a alma conmigo. Escuchándome sin juicios, críticas ni exigencias. Decidí acoger mi realidad interior con respeto y cuidado. Es lo que es, ha sido lo que ha sido y está bien. Identifiqué algunos "ruidos" que me refirieron a rabietas de mi niña herida que le gusta asomarse y querer tomar el control, pero a quien con ternura le recuerdo que la adulta creció y está a cargo de las decisiones y consecuencias de las acciones que he asumido y asumo con responsabilidad. Me di la oportunidad de generar preguntas que me cuestionan y retan a vivir en este continuo despertar que me aleja del letargo de la comodidad. Celebré encontrarme, verme, valorarme y ser. Reconocí mis aciertos, aprendí de mis desaciertos y honré el camino transitado que me ha traído hasta aquí. Desde el inmenso amor que me tengo, salgo a vincularme con los demás. Y lo hago...